17 sept 2012

Musicoterapia Articulo 4: El desarrollo cerebral del bebé en el vientre: “Conciencia y recuerdo”


Existen muchas investigaciones sobre el desarrollo de algún tipo de conciencia que puede desarrollar un feto en el vientre.

El Doctor  Thomas R. Verny descubrió que el bebé en útero tiene el potencial neurológico suficiente como para que podamos hablar de una rudimentaria forma de conciencia y que los primeros y delgados fragmentos de la memoria comienzan a organizarse en el cerebro fetal alrededor del tercer mes de gestación.
Otras investigaciones retrasan el recuerdo de la memoria a partir del sexto mes e incluso otros investigadores hablan de que es en el octavo cuando el bebé tiene atisbos de conciencia, pero en general, la comunidad científica acepta que es a partir del cuarto mes cuando el bebe posee un grado, aún primario, de conciencia y tiene memoria y puede recordar .

Los avances científicos que versan sobre el conocimiento del bebé en el útero nos van dando información sobre los circuitos cerebrales a nivel de células y moléculas nerviosas y se sabe que en el comienzo de la vida, el futuro cerebro ya posee material neuronal que inunda todo el embrión.
Esas neuronas comienzan a multiplicarse a una velocidad de vértigo, a una velocidad de 250.000 por minuto y durante todo el tiempo de gestación y van agrupándose en el cerebelo y el córtex, donde nacen el pensamiento y la percepción. Las células neurales van recolocándose hasta llegar a su destino para poder hacer conexiones.

El doctor Verny a raíz de sus descubrimientos, desarrolló un programa  de estimulación prenatal en su libro “el vínculo afectivo con el niño que va  a nacer” en el que los padres participan activamente y ponen en práctica diversas técnicas para comunicarse con su hijo y favorecer su desarrollo, en las cuales la música juega un papel muy importante, teniendo en cuenta los aspectos afectivo y de la creación del vínculo padres-hijo, con el objetivo de que los bebés sientan el amor de sus padres, se sientan continuamente envueltos en un arrullo amoroso y puedan crecer felices y seguros.

El doctor Anthony Decasper, como tantas otras experiencias al respecto, demostró que el recién nacido es capaz de reconocer la voz de la madre.
Apoyando la tesis de una habituación o memoria del feto, son numerosos los estudios realizados.  Ando y Hattori estudiaron una población de recién nacidos que vivieron cerca de un aeropuerto constatando que un tanto por ciento elevado de niños que pasaron toda su etapa prenatal escuchando el ruido de los aviones al despegar o aterrizar, después de nacer no se sentían molestos ni despertaban del sueño por ese ruido. En cambio entre los que vivieron solo parte de su etapa prenatal cerca del aeropuerto sí que hay evidencias de sentir el ruido y su despertar del sueño con llanto. Cuanto menor era el periodo que vivieron al lado del aeropuerto, mayor era la tasa e niños que se despertaban llorando.

En nuestra memoria fetal se graban recuerdos que más adelante afloran. Esto es lo que denota la historia de director de orquesta Boris Brott, quien en determinadas composiciones que preparaba con su orquesta, en la parte de violonchelo, sin haberlas visto antes nunca, le resultaban conocidas en tanto las dirigía como si ya le fueran conocidas. La razón tuvo una explicación cuando la madre de este director de orquesta le confirmó que determinadas piezas musicales que su hijo dominaba  de manera increíble, habían sido estudiadas e interpretadas por ella durante su embarazo.

También patente es el caso de los músicos Arthur Rubinstein y Yehudi Menunhin quienes afirman que su interés por la música les llegó desde antes de nacer, a través de experiencias musicales vividas en su etapa prenatal. Son numerosas las personas que afirman tener recuerdos, capacidades y cualidades que han sido adquiridas durante su etapa gestacional.

Científicos reunidos por el instituto Esalen han comentado que bajo hipnosis o experiencias con determinadas drogas, muchas personas han recordado experiencias prenatales. Estos recuerdos, a veces unidos a experiencias negativas, al emerger del recuerdo, han terminado por aliviar e incluso hacer desaparecer determinados problemas grabados en el subconsciente en la etapa prenatal. El doctor Stanislav Grof, cuenta una experiencia que revivía el trauma de la asfixia en un adulto que al nacer tuvo problemas con el cordón umbilical alrededor del cuello que casi le cuesta la vida al nacer.

Hoy en día se habla de la memoria celular en el cerebro del embrión y cada vez son más los expertos que investigan y convienen sobre la importancia de esta etapa en la formación del carácter y la personalidad y del futuro de cada ser humano.


Como dice Begoña Ibarrola en su libro “Música para antes de nacer”, La envoltura sonora prenatal que rodea al feto constituye un entorno que será grabado en su memoria rudimentaria. Esta memoria es contemporánea de una vida fácil, segura y nutritiva, y de una sensación de apaciguamiento. Es lo que explica la reacción de los recién nacidos que se calman instantáneamente cuando oyen los sonidos del latido cardiaco. En las unidades de prematuros han constatado que no solo se calman y dejan de llorar, sino que ganan más peso.

Estudios del doctor Tomatis a partir de experiencias del doctor V.E. Negus, la elaboración del lenguaje en el niño necesita de una elaboración de la asociación auditiva y fónica, de una estimulación permanente que estructurará más adelante el lenguaje, así pues, la adquisición del lenguaje en el niño puede ser estimulada desde el momento de la gestación por la voz de la madre. Si ella le habla, él escucha, y lo que escucha se convertirá en base y cimientos de lo que más tarde será su lengua materna.

A partir del 6º o 7º mes el feto no solo es capaz de crear respuestas a estímulos sensoriales, sino que también puede llegar a “memorizarlos” En este momento no solo conoce perfectamente la voz de su madre entre muchas que pueda oír, sino que puede reconocer también la de su padre, siempre que utilice como canal a la madre. No solo memoriza los sonidos, sino que también memoriza los ritmos que él ha percibido antes de su nacimiento y que ajustará en su memoria como sonidos que le inspiran o recuerdan paz, armonía y amor.

El doctor Bertrand narra la siguiente experiencia: cada día a partir del 7º mes de embarazo un bebé escuchaba la misma música y los sonidos grabados de la voz de su padre vía vaginal a través de un emisor de sonidos. El día del parto la mujer escuchaba los mismos fragmento de música en el momento de le expulsión, el padre se dirige con su voz al niño que está naciendo y según el testimonio del doctor Bertrand sucede que el recién nacido está extraordinariamente calmado, no llora, parece escuchar y pasa sin miedo de su medio acuático al medio aéreo, todavía desconocido.
La voz del padre juega un rol de transición, de guía y de reconocimiento, y le sugiere al bebé un “recuerdo” de lo conocido que asocia a una situación de bienestar, la misma que conocía mientras aún estaba en el vientre de la madre envuelto en el calor y la humedad del vientre, lo conocido; el bienestar , que en definitiva es la seguridad de lo conocido, “un recuerdo amoroso”.

El doctor Verny descubrió que el bebé, mientras está en el vientre, posee un  potencial neurológico, lo que nos permite hablar de una rudimentaria forma de conciencia, como hemos visto, por tanto, el inicio del pensamiento y el recuerdo comienzan en el útero, como avala el doctor Mortimer Rosen, quien afirma que los ciruitos neuronales del cerebro están tan adelantados como los que tiene el recién nacido para prestar atención o discriminar lo nuevo de lo conocido.

El doctor Dominik Purpura quien trabajó con cerebros de fetos de distintas edades concluye que el córtex del cerebro humano, que es la base del pensamiento, forma la estructura necesaria para un aprendizaje intermitente entre las semanas 28 y 32 del desarrollo.

Conociendo que el feto oye, escucha, piensa y recuerda, nos tenemos que hacer el siguiente planteamiento:
¿Puede ser que el bebé pueda aprender mientras está en el útero?
¿sería esto beneficioso para su desarrollo?

No hay una opinión unánime a este respecto en la comunidad científica, pero la respuesta más general de algunos científicos dice  “no” a la creación de grandes genios; puede resultar peligrosa la sobre estimulación que podría ser regresiva en otros campos y que en definitiva no tiene porqué estar vinculado con el mayor bienestar de ese niño cuando sea adulto.

Si bien probablemente el exceso de estimulación puede ser negativo, no olvidemos que “Si” necesita el mayor y mejor alimento mientras se encuentra de viaje por el mar amniótico, del apoyo en su aprendizaje y, como, anteriormente hemos visto, de la protección de su entorno emocional para un mayor nivel de salud, por tanto tan perjudicial puede ser una sobre estimulación sensorial como una estimulación deficitaria, lo que acusaría después de su nacimiento siendo en general un niño hipotónico, “blando”, que carecerá de adecuadas respuestas nerviosas y también posiblemente presentará de un claro retraso en la adquisición de los mecanismos básicos de aprendizaje e interiorización, en definitiva un retraso madurativo y evolutivo, que en cualquier caso se puede evitar.

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